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martes, 30 de junio de 2009

A sí mismo no se puede salvar

Apocalipsis, los últimos tiempos. ¿Está usted afirmado sobre la Roca?


Marcos 15:31 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar.
15:32 El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban.
15:33 Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
15:34 Y a la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
15:35 Y algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: Mirad, llama a Elías.
15:36 Y corrió uno, y empapando una esponja en vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber, diciendo: Dejad, veamos si viene Elías a bajarle.
15:37 Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.

Mucho se habla del apocalipsis en estos tiempos que están definidos, aún en estas páginas, como los últimos de la historia. Hablamos de las señales que se están dando en forma simultánea en todo el planeta. Señales que el mismo Señor Jesús se encargó de profetizar en nuestro favor para que cuando ocurrieran, creyéramos.
Lo cierto es que en este tiempo final es cuando aparece con una fuerza inusitada el denominado espíritu del anticristo en el mundo.
No es diferente que en otras épocas, mas ahora, quizás como consecuencia de los medios masivos de comunicación se ve difundido su accionar en toda la tierra a la vez y con mayor fuerza.
Si bajamos a tierra lo expresado veremos que en la vida de cada ser humano se ha acentuado la influencia del espíritu del anticristo por excelencia: El individualismo.

El individualismo es anticristiano por excelencia, si vale la expresión.

Nada más lejano al accionar de Jesús que el inividualismo y la exaltación del ego: Esto es puramente anticristiano. Nada más lejano de Dios que el pensar en uno mismo.

En estos tiempos en que unos pocos se quedan con el derecho de muchos, es necesario que los creyentes pongamos toda nuestra fe, mucha o poca pero toda, a disposición de Dios en oración y que no nos salvemos a nosotros mismos así como lo hizo nuestro bendito Dios y Salvador Jesús de Nazaret.
Una iglesia o un creyente que piense en salvarse a sí mismo es una crasa contradicción.
¿¡Quién puede creer en un creyente egoísta!?



¡¿Quién puede creer en Dios si la iglesia que lo representa se maneja en forma egoísta!?

Otra vez y siempre Jesús: El autor y consumador de la fe es el ejemplo perfecto y en la situación más extrema que pueda tener hombre alguno: La condenación a la muerte.
Lamentablemente en este mundo Satanás tiene sus lacayos seguidores y como se ve en el relato es por boca de los gobernantes, es decir de aquellos que detentaban el poder, que se expresa tentándolo en el momento de mayor sufrimiento.
Satanás habla muchas veces a través de los hombres y mujeres que están dispuestos a hacer el mal y a servirse a sí mismos.
Se ve con toda claridad en este pasaje: Ellos, viendo el infinito sufrimiento de un hombre crucificado sólo pensaban en sí mismos. Decían:

¡Que baje de la cruz así nosotros creeremos! ¡Ante semejante dolor, pensaban en ellos mismos!
¡Anticristo puro! ¡Asqueante!


Un horror que nos pinta de cuerpo entero a los humanos y a la consabida maldad que habita en nosotros y que Cristo vino a erradicar.
Ahora bien, está en nosotros mismos el dejar esta condición y alejarnos definitivamente de ella confesando nuestro pecado y aceptando que Jesús murió por nosotros.
¡Parece que este no fue el caso de los que tentaron a Cristo en esos decisivos momentos!
Si Él se "salvaba" a sí mismo y descendía de la Cruz nosotros perdíamos toda posibilidad de vida eterna y de estar para siempre en su Bendita compañía.

¡Pero Gracias a Dios que Él no se salvó a sí mismo como pretendía Satanás a través de sus siervos los infames gobernantes egoístas anticristianos!

Jesús no pudo salvarse a sí mismo, no porque le faltara poder sino porque no puede negar su esencia que es el amor al prójimo.

JESUCRISTO NO PUEDE SALVARSE A SÍ MISMO PORQUE NO QUIERE SALVARSE A SÍ MISMO.

Porque Dios es Amor y entrega por el otro en forma concreta.
¡¿Y qué más concreto que lo que Él mismo hizo: Dar su vida por nosotros?!

Este es el tiempo en que el anticristo despliega todas sus armas y su arma preferida: La exaltación del ego humano para que seamos egoístas e individualistas.
Es hora de rogar a Dios que levante una iglesia poderosa en entrega por el otro, como Él lo hizo.


¡Cuidate!
¡Dios te bendiga!

1 comentario:

Fernando Acuña dijo...

Te dejo este enlace para que lo leas y lo divulgues si quieres. desde ya gracias.

http://maranata-cristo-vuelve.blogspot.com/