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lunes, 7 de febrero de 2011

La misión de la iglesia en tiempos de hambre

Hace dos años aproximadamente leímos una nota en iar-noticias que se tituló, Petróleo y alimentos: La antesala del estallido mundial; en donde se nos explicaba los diferentes motivos por los cuales los precios de los alimentos podrían aumentar (aún más) en un futuro a corto, mediano y largo plazo. 
Nosotros damos gracias a Dios por estos analistas que tienen la capacidad de ver y razonar aquellas cosas que escapan a nuestro análisis.  
El Cristo dijo hace dos mil años que acompañado de diferentes movimientos de la tierra (terremotos) habría hambre en diferentes lugares, y ambas cosas se están cumpliendo en esta época. 


Mateo 24:7  Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y en diferentes lugares habrá hambre y terremotos. 


La nota decía, en una de sus partes, "La escalada de los precios del petróleo y su incidencia sobre el costo de los alimentos es visto por la mayoría de los especialistas como el desencadenante clave de un proceso recesivo a escala mundial, cuyo inmediato emergente pueden ser la desocupación masiva y  con epicentro en los países periféricos."

Esto dicho por esta nota se ha cumplido, vea estos enlaces. 
1- Estallidos sociales : http://www.librered.net/?p=2539

estallido-social-europa


Vendedores tunecinos preparando los alimentos en sus camionetas, en el mercado de Ariana, cerca de la capital Túnez, el 4 de marzo de 2010. La subida de los precios alimentarios hace temer que aparezcan 'revueltas del hambre' como las de 2008 en varios países africanos, en momentos en que Túnez y Egipto mantienen el foco de la atención internacional por sus revueltas políticos.  Foto:Fethi Belaid/AFP

3- Vídeo, escasez de alimentos en el mundo:  http://video.google.com/videoplay?docid=7856865664519879478#
Creemos que ante esta crisis tapada por los medios de desinformación masiva, casualmente en manos de las grandes corporaciones, los cristianos estamos en la obligación de oponernos a este sistema bestial y a estrechar nuestras fuerzas no solamente en la denuncia verbal sino en la acción conjunta para paliar esta situación
Es hora de arrojar al tacho de la reverendísima basura aquel razonamiento diabólico que se ha introducido en el cristianismo llamado teología de la prosperidad. 
Ese miserable razonamiento que dice que Dios se ocupará de MI, MI, MI, MI, MI prosperidad. 
Es hora de desechar y desterrar ese miserable razonamiento diabólico que nos hace hablar en función de nuestro ego cuando el Hijo de Dios nos enseñó a decir PADRE NUESTRO, NUESTRO, NUESTRO...






¡¡¡ ACÁ NADIE SE SALVA SOLO!!!   
Si bien es cierto que la decisión por Cristo es una opción personal y privativa de cada uno; también es cierto que LA IGLESIA ES UN CUERPO Y QUE EL CUERPO DEBE MANTENERSE UNIDO YA NO PENSANDO CADA UNO POR SI MISMO SINO POR EL OTRO. 
Filipenses 2:3  Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo,
2:4  no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás.









¡Dios permita que esta frase retumbe como un eco que se haga realidad...!
"...no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás."
"...no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás."
Servir a los más necesitados es servir a Cristo en forma directa
Cuando a uno de estos servisteis a mi me servisteis dijo el Maestro; no dijo es como si a mi me hubieseis servido sino que se identifica absolutamente con los presos, con los hambrientos, con los sedientos, con los que sufren frío y con los menesterosos en general...

Mateo 25:34  Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
25:35  Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis;
25:36  desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí.
25:37  Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿O sediento, y te dimos de beber?
25:38  ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿O desnudo, y te cubrimos?
25:39  ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
25:40  Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis.

Desde estas páginas llamamos a los que creemos en Jesucristo de Nazaret al rechazo más recalcitrante a la denominada teología de la prosperidad, teología miserable y anticristiana.
Desde estas páginas denunciamos a aquellos que dicen que tienes que prosperar cuando ellos se van de los cultos en sus camionetas 4X4 y la congregación se va a pie o en colectivo. 
Desde estas páginas expresamos nuestro más radical rechazo y repulsión a esto.
¡Bendito el Hijo de Dios que no tenía donde recostar su cabeza! 
Desde éstas páginas llamamos a los que creemos en Jesucristo a la solidaridad con los más necesitados y a la lucha contra el hambre en la tierra.
Llamamos a sacar de nuestras canastas los cinco panes y los dos peces que podamos disponer y que los entreguemos en ofrenda al Bendito Hijo de Dios para que Él a su vez los bendiga, los parta y los reparta entre las multitudes.


Sólo después de esto, repetimos, sólo después de esto la iglesia tendrá plena autoridad para proclamar que Jesucristo es el pan de vida.


¿Está usted afirmado sobre la Roca de la Salvación?
Jesucristo: Dios con nosotros, quien vino a morir por nuestros pecados y nuestra maldad; quien resucitó al tercer día y vuelve en breve según su inquebrantable promesa.
Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.Isa 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¡Cuidate!
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sábado, 12 de junio de 2010

Como ladrón en la noche

Apocalipsis, los últimos tiempos. ¿Está usted afirmado sobre la Roca de la salvación?

Estemos a la espera, preparados ante la inminencia de la venida de Cristo

2Pedro 3:1 Amados, esta es ya la segunda carta que os escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en vosotros vuestro sincero entendimiento,
3:2 para que recordéis las palabras dichas de antemano por los santos profetas, y el mandamiento del Señor y Salvador declarado por vuestros apóstoles.
3:3 Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con su sarcasmo, siguiendo sus propias pasiones,
3:4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación.
3:5 Pues cuando dicen esto, no se dan cuenta de que los cielos existían desde hace mucho tiempo, y también la tierra, surgida del agua y establecida entre las aguas por la palabra de Dios,
3:6 por lo cual el mundo de entonces fue destruido, siendo inundado con agua;
3:7 pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.
3:8 Pero, amados, no ignoréis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
3:9 El Señor no se tarda en cumplir su promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.
3:10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas.
3:11 Puesto que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad,
3:12 esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor!
3:13 Pero, según su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia.
3:14 Por tanto, amados, puesto que aguardáis estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por El en paz, sin mancha e irreprensibles,
3:15 y considerad la paciencia de nuestro Señor como salvación, tal como os escribió también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada.
3:16 Asimismo en todas sus cartas habla en ellas de esto; en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e inestables tuercen--como también tuercen el resto de las Escrituras--para su propia perdición. Negrita
3:17 Por tanto, amados, sabiendo esto de antemano, estad en guardia, no sea que arrastrados por el error de hombres libertinos, caigáis de vuestra firmeza;
3:18 antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad.
Amén.

Isaías 55:6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.Isa 55:7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

¡Cuidate!
¡Dios te bendiga!..................
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domingo, 7 de marzo de 2010

Jesucristo es la Roca de nuestra salvación

Prioridad UNO para nuestro Blog es presentarte por medio de la Palabra de Dios el plan que el Señor tiene para tu vida:

Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
29:12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré;
29:13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón.

Plan de Salvación
1. "Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en El cree no se pierda, mas tenga vida eterna." Juan 3:16 (Dios te ama y desea que tengas vida eterna.)

2. "Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." Juan 10:10 (Jesús vino al mundo para que tu tengas vida abundante.)

3. "Por cuanto todos pecaron y están destituídos de la gloria de Dios." Romanos 3:23 (El pecado te separa de Dios y te priva de la vida abundante.)

4. "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." Romanos 5:8 (Dios te ama, por eso dejó que su Hijo Jesucristo, muriera en la cruz para limpiar tus pecados y de los otros.)

5. "Jesús dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida, nadie viene al Padre, sino por mí." Juan 14:6 (Puesto que Jesús es quien sufrió por tí en la cruz, es el único que te puede llevar a Dios.)

6. "Por tanto arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; de modo que de la presencia del Señor vengan tiempos de refrigerio." Hechos3:19 (Para volver a Dios, tienes que arrepentirte, o sea, cambiar de actitud, aborrecer el pecado, para que tus pecados sean perdonados.)

7. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros pues es don de Dios, no por obras para que nadie se gloríe." Efesios 2:8-9 (La salvación del pecado es un regalo que recibes por la fe en Jesucristo, no por algun mérito que tu hayas hecho, sino por los méritos de Jesús.)

8. "Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser llamados hijos de Dios." Juan1:12 (Al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador por la fe, tú recibes el derecho de ser hecho hijo de Dios.)

9. "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." Apocalipsis 3:20 (Jesucristo desea entrar a tu vida para ser tu Señor y Salvador. El llama a la puerta de tu corazón, ¿le dejaras entrar?)
Recuerda... "Porque la paga del pecado es muerte, mas el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro".

La decisión es voluntaria, Dios no violenta ni obliga, solamente llama a los hombres a estar en paz con Él. Él ya dio todo lo que podía...

Si has decidido aceptar a Cristo en tu corazón te invitamos a que digas la siguiente oración:

Oración
Dios Santo, bendigo tu Nombre; tu Nombre es Santo.
Gracias por la vida de tu Hijo Jesucristo y gracias por el Amor que a través de Él nos has otorgado. Gracias por su vida y por su muerte y por su resurrección, creo en mi corazón que tu lo has resucitado de los muertos y lo confieso como el Señor de todo y de todos.
Abro mi corazón y mi vida a tu Hijo Cristo para que Él viva en mí; perdona Señor mis faltas y pecados. Hazme vivir una vida llena por tu Espíritu Santo.
Creo Padre que tu Perfecta compañía nunca me abandonará conforme a la promesa de tu Bendito Hijo Jesús escrita en tu Palabra.
Quiero poner un tus manos mi vida con todas las circunstancias que he atravesado y que estoy atravesando. Señor, tu conoces cada detalle de mi vida; conoces lo que me es agradable y conoces aquello que es difícil atravesar. Sólo pido que me estés dando tu paz, tu sustento y tu fuerza para vivirlas en fe. Suple todas mis necesidades conforme a tu infinita misericordia.
Ayúdame a alimentarme de Tu Palabra y a orar a ti cada día de mi vida.

Bendíceme con la compañía de tus hijos que quieran hacer tu voluntad.

No permitas que entremos en tentación mas líbranos del malo en todas las formas en que pueda aparecer y manifestarse; porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria por los siglos de los siglos…
En el Nombre de tu Hijo Jesús.
Amén

Contacto: de_gracia_recibisteis@yahoo.com

sábado, 11 de julio de 2009

Una misión que cumplir

Apocalipsis, los últimos tiempos. ¿Está usted afirmado sobre la Roca?


Cuanto más tiempo estemos aquí en el mundo, tanto mayor es el peligro de que, como iglesia, nos concentremos en nosotros mismos procurando mantener nuestras estructuras y nuestras instituciones a expensas de lo que se nos ha llamado a hacer, que es predicar al mundo el mensaje del evangelio que Dios nos ha dado. La misión que tenemos es un aspecto esencial de la vida cristiana. Es el corazón de la iglesia. Esta misión no es uno entre los muchos programas de la iglesia, sino que es la verdadera razón de su existencia. Cada cristiano es llamado a ser un misionero, “uno que es enviado”.

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” (Marcos 16:15)

Las señales que se están cumpliendo en nuestro entorno nos indican sin lugar a dudas que estamos viviendo los últimos tiempos y por lo tanto el evangelio debe ser predicado tan rápidamente como sea posible a la mayor cantidad de gente que sea posible. ¿Cuán en serio tomas el llamado de alcanzar a otros con el evangelio? El mandato de llevar el evangelio al mundo entero se encuentra en los cuatro evangelios, así como en el libro de los Hechos. Si tú te consideras discípulo de Jesús, a tí se te ha dado esta encomienda y Dios te a provisto del poder del Espíritu Santo para así hacerlo.
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” (Hechos 1:8)

Está muy claro que el evangelio debe ser predicado a todas las naciones.
“Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.” (Marcos 13:10)
Piensa en todas las personas que aún no han sido alcanzadas para recibir el mensaje de salvación. Toda esa gente se perderá a menos que cumplamos con la gran comisión. Lamentablemente hemos perdido de vista nuestra misión de testificar al mundo y nos hemos concentrado más en proteger y sostener nuestras propias instituciones. Estamos “acuartelados” en nuestros templos y hemos perdido la razón de nuestra existencia. Tanta comodidad resulta en tropiezo para lograr nuestro cometido. Resulta ahora tan difícil salir de las cuatro paredes del templo y buscar a los que aún se encuentran perdidos. Pero Jesús advirtió claramente:
“Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” (Marcos 8:35)

Pablo nos dejó un ejemplo a seguir:
“Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán” (Romanos 15:20-21).

No podemos quedarnos dentro de nuestras iglesias. Debemos salir a buscar nuevos terrenos para sembrar la Palabra de Dios. Y vuelve Pablo a exhortar:
“Y que anunciaremos el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.” (2 Corintios 10:16)

La iglesia debe tener una mente centrada en la misión. Cada uno, individualmente, sin excepción, está llamado a ser un testigo de Jesucristo. No todos tenemos el don de predicar, pero todos hemos recibido algún otro don o talento, de manera que estamos capacitados para que de una forma u otra podamos compartir y hablar de las grandes cosas que Jesús ha obrado en nuestras vidas y de nuestra gloriosa esperanza.

“Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones” (1 Tesalonisenses 2:4).
“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” (1 Corintios 12:7)
“Y todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios 12:11).
“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.” (Romanos 12:6-8)

El pueblo de Dios necesita la presencia y los dones del Espíritu Santo si quieren tener éxito en alcanzar a otros. Hay una verdad sencilla, sin embargo, aunque simple, siempre será una gran verdad: “No puedes dar lo que no tienes.” A menos que nos aseguremos que tenemos una relación viva con Dios, no podemos esperar conducir a otros a tener la misma experiencia. Si hemos decidido seguir a Cristo, desearemos conocer tanto como podamos acerca de él, de su carácter y de lo que él espera de nosotros. Esto lo logramos cuando estudiamos la Santa Palabra de Dios y en oración. Cuando dejamos de cimentar nuestra fe en las enseñanzas sólidas de la Palabra de Dios, estamos en peligro de alejarnos del centro de nuestra fe: Jesucristo, nuestro Señor, y a su vez nos alejamos de nuestra misión: proclamar el evangelio, el mensaje de salvación al mundo a través de Jesús. Una iglesia que responde a su llamado, será una iglesia que crece. Y no me refiero a una estructura, sino al grupo de individuos que forman el cuerpo de Cristo. El crecimiento no debería limitarse al aspecto numérico solamente, sino que de forma individual y corporativa, debemos “crecer en gracia”, si deseamos que nuestro testimonio sea verdaderamente productivo.
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” (2 Pedro 3:18a)

No hay dudas de que compartir el mensaje de Cristo crucificado y resucitado, implica grandes sacrificios. El Señor demanda de cada uno de nosotros que seamos fieles a su llamado, lo cual significa renunciar a muchas cosas.

“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:37-39).

Jesús no nos pide algo a cambio de nada. El tiene una gran promesa para aquellos que deciden seguirle y cumplir con su gran encomienda.

“Respondió Jesús y dijo: De cierto os digo que no hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.” (Marcos 10:29-30)

La iglesia es el instrumento escogido por Dios para llevar las buenas nuevas de salvación a toda la humanidad.
Fue diseñada para servir, y su misión es la de anunciar el evangelio al mundo. Desde el principio fue el plan de Dios que su iglesia reflejara al mundo su plenitud y grandeza. El cuerpo de Cristo, aquellos que han sido llamados de las tinieblas a la luz, han de revelar la Gloria de Dios. Es necesario crecer espiritualmente, pero no debemos usar eso de excusa para descuidar el llamado que tenemos de alcanzar a otros para Cristo. ¿Cuál es tu lugar en la misión de la iglesia? ¿Qué más podrías hacer? ¿Qué diferencia ha producido tu presencia para alcanzar a otros?

Recuerda…

“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58)

“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” (Efesios 5:15-17)

“Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:14)

¡Dios te bendiga y te guarde!

sábado, 16 de mayo de 2009

Paz y Esperanza

Cuán difícil resulta experimentar paz espiritual y tener algún rayo de esperanza cuando todo a nuestro alrededor es un caos. Estamos en una lucha constante. Y no nos referimos a una lucha física sino a una guerra de conciencia. Todo está de tal manera ideado para ganar control de nuestras mentes y nuestras acciones. Estamos constantemente bombardeados por ideologías que pretenden llamar “a lo malo, bueno, y a lo bueno, malo.” (Isaías 5:20) Desde el mismo comienzo de la creación vemos como el astuto Satanás hizo que el pecado resultara atractivo al ostentar que la desobediencia a Dios tendría un efecto positivo. “…sino que sabe Dios que el día que comáis de él (del fruto prohibido por Dios), serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.” (Génesis 3:5) Hoy día seguimos sufriendo las terribles consecuencias de una desacertada decisión.

La Biblia habla acerca de la condición de la humanidad: que todos somos pecadores. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” (Romanos 3:23)
Y la paga del pecado es la muerte.
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” (Romanos 5:12) “Porque la paga del pecado es muerte…” (Romanos 6:23a)
Pablo expresó la lucha que sostiene el ser humano por la salvación cuando exclamó: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24)
Como seres caídos, como pecadores, todos hemos obrado mal. Aún muchos que no alcanzan a comprender el concepto del pecado, tienen el sentido del bien y del mal, y a menudo se sienten culpables cuando hacen algo malo. Para muchos, el sentimiento de culpa es abrumador.

Pero hay esperanza y ésta se nos revela en las Santas Escrituras.
“Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.” (Romanos 15:4)
La Biblia nos señala la esperanza de salvación y paz espiritual que podemos tener en Jesús por causa de su sacrificio en la cruz en favor de nosotros. La Biblia es clara al anunciar que por medio de Jesús obtenemos perdón. La respuesta sólo se encuentra en Jesús nuestro Señor y Salvador. Por causa de su amor, Cristo Jesús estuvo dispuesto a venir a este mundo, vivir como un ser humano y experimentar la muerte que nosotros debíamos padecer. En la cruz Jesús cargó sobre sí la penalidad por nuestros pecados. Jesús sufrió en nuestro lugar y murió en nuestro lugar.
“Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo.” (Colosenses 1:20-23)
Cristo Jesús murió por los pecados de todo el mundo como un sacrificio expiatorio, hecho eficaz por medio de la fe.
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados.” (Romanos 3:24-25) “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” (Romanos 5:1)

No importa quién seas o qué hayas hecho, tus pecados pueden ser perdonados por Dios si solo reclamas sus promesas de perdón para ti mismo.
“…mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 6:23b)
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8)


“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Juan 3:16-17)


¿Cómo hacerlo? Muy fácil.
“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” (Romanos 10:8-10)
“porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
(Romanos 10:13)
“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.” (Hechos 3:19)


Esta es la esperanza que encontramos en la Biblia. Podemos ver claramente cómo Jesús obró en nuestro favor. Sólo a través de Jesús podemos experimentar la paz espiritual tan importante y necesaria en nuestros días. Y este mundo, ni ninguno de sus líderes nos la puede ofrecer.
“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27)

¿Estás todavía luchando con la culpa? Medita nuevamente en los textos bíblicos que te hemos presentado aquí. Léelos, ora sobre ellos y derrama tu corazón a Dios, pidiéndole que te conceda la seguridad de que esas promesas de paz y esperanza son para ti, no importa lo que puedas haber hecho en el pasado.
“Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. (Isaías 1:18)


¡Que Dios te bendiga y te guarde!