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jueves, 22 de diciembre de 2011

La misión de la iglesia: Vivir para los demás








Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda forma de mal.
1 Tesalonicenses 5: 21-22
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En estos tiempos finales en donde el individualismo, el egoísmo, el desinterés y la falta de sacrificio por el otro son casi una constante creímos necesaria la publicación de este artículo de Gary Wilkerson
Artículo:
by Gary Wilkerson

Una forma simple para atestiguar si usted ama de verdad es examinar cuánto
usted vela por los intereses de los demás.
Como pastor he tenido que forjar una visión inamovible para realizar esto.
Dios me ha otorgado un llamado a agitar a mi gente para que actúe y para que
incesantemente persiga la misión que él nos ha dado. La verdad es que yo
puedo ejecutar esto de dos maneras: a través de mi propia ambición,
presionando para alcanzar mis metas individuales; o adoptando el corazón de
Cristo y haciendo del amor mi misión.
Si mi iglesia crece diez mil veces y yo no tengo al amor como mi visión...si
nuestra iglesia manda a 1,000 misioneros pero no tienen amor...entonces estamos
fallando a nuestro llamado como cuerpo de creyentes. Nosotros estamos criando a
falsos embajadores y exportando una cristiandad ligera y débil, investida de
otro poder que no es amor.
¿Cuál es su situación? ¿Sus oraciones o ambiciones espirituales están
centradas en su propio mundo, en sus necesidades y deseos? ¿Se molesta o
irrita cuando las necesidades genuinas de los demás afectan sus metas?
¿Cuál es el remedio para la ambición personal? Pablo escribe en Filipenses
2:3, “con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo.” Pablo no habla de alimentar su autoestima, su visión, su misión en
la vida. Pero él sí expresa que otros tienen visión, propósito y misión.
Si usted aprecia a los demás, usted no solamente los estará ayudando en su
llamado -y tal vez impactará muchas vidas.
Piense en el poder de la afirmación de Pablo. Imagine qué pasaría si cada
cristiano obedeciera radicalmente esta verdad. Todos nosotros tendríamos un
profundo impacto mundial en los intereses del prójimo - y ninguno estaría
inmerso en sus metas individuales. El cuerpo completo de Cristo estaría tan
centrado en los demás que nos investiríamos de poder los unos a los otros en
lo referente a nuestros diversos llamados.
Si cada unos de nosotros está velando solamente por sus propios intereses,
nuestro testimonio está limitado al por mayor. Pero si nosotros, en amor,
buscamos edificar a los demás, toda misión puesta por Dios tendrá más allá
que un ampio apoyo para ser lograda.
Esto es lo que llamo una forma de vida. Es una campaña que quiero empezar hoy
-vivir para, estar en y servir a aquéllos que están a mi alrededor para la
gloria de Dios.
Lea este artículo en:
 
http://www.worldchallenge.org/es/node/16043?src=devo-email

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¡Cuidate!
¡Dios te bendiga, el Señor viene pronto!

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