Traductor

lunes, 27 de febrero de 2012

La valoración del ser humano en Cristo





Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda forma de mal.
1 Tesalonicenses 5: 21-22

_____________________________
Nota de Apocalipsis, los últimos tiempos

Fe en tiempos difíciles

La Biblia nos plantea una re-valoración del ser del hombre a partir de la fe, esto es así porque la misma Biblia es un libro de fe. 

Así como en la historia el punto de inflexión lo marcó Jesucristo, también lo marca hoy para la vida de los hombres y mujeres que hemos creído: hay un antes y un después de El. 
Como es conocido, arrepentimiento y fe son el inicio para el nuevo ser en el reino de Dios.[1] 
Este nuevo ser es descripto de diferentes formas en la Biblia; una de las formas más contundentes y claras es el concepto de hijos de Dios
En este concepto queda determinado el valor de la aceptación del ser humano por Dios y su propósito final. 
Esta es la primera afirmación del cristiano: la aceptación del valor de sí mismo que se relaciona en forma directa con la aceptación de Aquel cuyo valor es absoluto. 
El hombre es aceptado por Dios en Cristo por medio de la fe. 
Esta afirmación del ser en la Palabra por la fe nos hará saber en primer lugar, que todo aquel que ha ido a Jesucristo no ha sido rechazado.[2] 
El Ser inabarcable, el que supera todo conocimiento, el gran Yo Soy, el Perfecto nos ha perdonado
No tenemos culpa, ni peso por la angustia desesperada por nuestro existir, ni aflicción por la nada, porque conocemos que no es verdad que no hay salida. Hay una Puerta[3] y un Camino[4] a transitar y la llave fue la Cruz de Jesucristo. 
No un escape al modo de Freud, ya que aceptamos la crítica de Freud al cristianismo, pero de ninguna forma lo tomamos como parámetro válido ante las preguntas más profundas que toman al hombre en su totalidad, es sólo una herramienta para un desbloqueo parcial del ser humano: el posible bloqueo psíquico. 
Tanto el psicoanálisis en Freud, como la voluntad del hombre en Nietzsche, la angustia en Kierkegaard, el existencialismo en Sartre, el humanismo en Fromm; son respuestas parciales al problema total del hombre. 
Son herramientas a veces útiles en la búsqueda de una verdad dinámica. 
Son parte pero no totalidad. 
Dios abrió los ojos de los ignorantes por medio de la fe y vimos en un Carpintero la redención de nuestra propia vida.[5] 
El Padre nos dio a su Hijo, tanto como el Hijo de Dios nos dio a su Padre y nos hizo sus hermanos,[6] y podemos decir junto a El: Abba Padre.[7] 
Este es el nuevo valor que toma el cristiano por la fe, una fe que integra, que sana y que toma al hombre en su totalidad
Este fue el valor descubierto por los reformadores del siglo XVI que los liberó de una culpa aplastante. 
Soy libre de toda culpa, y vivo en consecuencia a la esencia del Dios que me buscaba, que fui a buscar, que me ha recibido y que he recibido. 
Hijos de Dios por la fe, por la misma fe que los mártires del Apocalipsis derrotan a la Bestia, por la misma fe que puede el creyente llamar Padre al Yo Soy Eterno e Infinito. 
La fe se transforma en valor máximo en la aceptación, y le dice a Dios: acepto que soy aceptado por ti
Ahora bien, si Él nos aceptó, ¿por qué no aceptar que Él nos aceptó?
Dios el Padre que nos conoció desde antes,[8] y de alguna forma nos eligió, por más que nos cree conflictos la predestinación. 
El Padre que nos eligió, nos justificó, y nos glorificó,[9] también reclama obediencia a sus preceptos y mandamientos que de ninguna forma serán gravosos para sus hijos sino convenientes.[10] 
Este Padre que nos ha dado a su Hijo, y nos dará con El todas las cosas[11] y que estará con nosotros en su Hijo para siempre comenzando por este mundo.[12] 
Este Padre que nos da consuelo en los momentos difíciles, que nos fortalece en su Hijo Cristo,[13] que enjugará toda lágrima, que no dejará que nada ni nadie nos separe de su amor,[14] que es el Yo Soy[15] y que quiere que nosotros también seamos; nos tiene grabados en la palma de su mano[16] y el valor de nuestro ser está dado por el valor de Su Ser y de su entrega expresada en la cruz de Cristo. 
Este es el valor que Dios le ha dado al hombre, la sangre derramada por su Hijo Unigénito, un Valor infinito. Pero dicho valor se ve consumado y realizado por medio de la fe, por aceptarnos como pecadores necesitados de dicho sacrificio infinito. 
Aceptarlo es pasar de muerte a vida, rechazarlo es permanecer en muerte, y muerte eterna, lejos de Dios para siempre, eso que la Biblia llama infierno. 

[1]Juan 3:3
[2]Juan 6:37
[3]Juan 10:9
[4]Juan 14:6
[5]1 Cor. 1:31
[6]Rom. 8:29
[7]Rom. 8:15
[8]Rom. 8:29
[9]Rom. 8:30
[10]1 Juan 5:3
[11]Rom. 8:32
[12]Mat. 28:20
[13]Fil. 4:13
[14]Rom. 8:35-39
[15]Éxo. 3:14
[16]Isa. 49:16
_________________________________________________________
Nuestro Blog alternativo: "Despiértate, tú que duermes: Últimos tiempos"
_________________________________________________________
Plan de salvación (Texto)
Plan de salvación (Vídeo)
Oración de fe
¡Cuidate!
¡Dios te bendiga, el Señor viene pronto!

No hay comentarios: