Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda forma de mal.
1 Tesalonicenses 5: 21-22
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La americanización del cristianismo
Por Gene Edwards
Capítulo 1
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A modo de debate en estos tiempos de tanta confusión y con la aparición de tantos "iluminados" comenzaremos con una serie de notas referidas a textos de algunos autores de renombre.
Comenzamos con un tema que afecta a casi todo el mundo, sino a todo el mundo: La influencia de la forma americana de entender el cristianismo, su extensión y su influencia en todo el planeta.
¿Hay para la iglesia de todo el mundo un modelo a seguir?
¿Ese modelo es bíblico? Si no es bíblico...¿Cuál es el modelo de la Biblia?
¿Dejó Dios un modelo de iglesia o dejó principios básicos para establecer iglesias respetando las costumbres y los modos que no atentaran contra su Ley?
El tema da para mucho, esto pretende ser un disparador para que usemos los dones que Dios nos dio y los ejerzamos en iglesias que tengan raíz en la Palabra y no en tradiciones de hombres.
La americanización del cristianismo
Por Gene Edwards
Capítulo 1
Si le interesa el tema al final del capítulo verá un enlace que lo llevará al Libro del cual lo extrajimos.
Lo he visto dos veces a lo largo de mi vida
La primera vez me quedé perplejo y abatido.
Pero no había nada que pudiera hacer.
Tan sólo tenía diecinueve años.
Lo estoy viendo otra vez, pero esta vez tengo sesenta.
Ahora sí puedo hacer algo al respecto.
Esta vez, ¡tú también!
Europa occidental fue americanizada
Nada más concluir la peor guerra de la historia de la humanidad, Europa occidental se tragó hasta el codo el cristianismo americano. En aquel momento el continente europeo era un pila de escombros con sus gentes saliendo a rastras de sótanos y bodegas.
Mientras los europeos se deshacían de sus despojos, alzaron la vista y vieron barcos atestados de cristianos americanos. Llegamos para evangelizar Europa occidental. Nos quedamos para americanizarla.
Los cristianos americanos llenamos hasta el palo de la bandera carpas colosales y estadios gigantescos... y predicamos el Evangelio a millones. Cientos de miles fueron salvos.
Cuando la noticia de todo este alboroto llegó a los Estados Unidos, ¡llegaron muchos más de los nuestros! El dinero americano seguía lloviendo. Europa occidental se las tuvo que ver con el evangelismo americano. La mentalidad del cristiano americano barrió Europa occidental de un extremo al otro.
En aquellos días los cristianos europeos nos dieron la bienvenida. Después de todo siempre estábamos sonrientes, bien peinaditos, felices y emocionados. Les construimos escuelas bíblicas y les enseñamos nuestra forma de pensar.
Americanizamos el cristianismo evangélico de Europa occidental. Desde aquella época el evangelismo al estilo americano se ha extendido por la mayor parte del planeta. Algo similar ha sucedido con la práctica de la “iglesia”. (¡Corea, África y América Latina, por mencionar algunos!)
¿Podrían haber acabado mejor las cosas?
En aquel entonces los europeos tenían tres alternativas. (¡Desgraciadamente sólo estaban al tanto de dos!)
La Primera Alternativa
La primera opción que tenían los europeos occidentales era regresar al muerto proceder de sus iglesias antes de la guerra. ¡Los ministros europeos que eligieron este camino firmaron su propia sentencia de muerte! Hoy en día las iglesias más tradicionales de Europa son una sombra sin sol.
La Segunda Alternativa
La segunda opción era imitar las versiones americanas del cristianismo. Era fácil. Estábamos inaugurando a diestro y siniestro escuelas bíblicas, centros de retiro y grupos misioneros, y nos dedicamos a implantar nuestros movimientos denominacionales e interdenominacionales.
(Ninguno de nosotros lo sabía en aquel momento, pero estábamos inventado lo que más tarde vino a conocerse por “iglesias altruistas”.)
Los americanos ¡teníamos dinero para dar a los cristianos de Europa occidental! Toneladas de dinero. Todo cuanto tenías que hacer para conseguir parte de ese dinero era unirte a alguna de las decenas de misiones americanas, denominaciones, organizaciones evangelísticas o escuelas bíblicas que os habíamos traído a golpe de timón y container.
Entonces recibías nuestra bendición y nuestro dinero. A cambio nosotros te americanizábamos.
Las iglesias europeas que tragaron con el formato americano de la fe cristiana crecieron. Nunca olvidéis ese hecho. Aquellas iglesias americanas florecieron. Crecieron mucho. Tuvieron éxito.
Repito: Las iglesias europeas al estilo americano se extendieron por toda Europa y tuvieron éxito. Las iglesias tradicionales europeas decayeron.
Las mejores y más grandes iglesias —y seguro que las de mayor actividad— de la Europa de hoy en día pertenecen a la versión americanizada de la iglesia.
Queridos europeos occidentales, nosotros los americanos americanizamos vuestras iglesias europeas. Así fue. Jamás se os ocurra pensar lo contrario. Nosotros os americanizamos.
Hicimos lo mismo en la América Latina y en casi toda África. Y esto nos lleva ahora al asunto de Europa del Este. La única razón por la que no americanizamos las iglesias de Europa del Este fue gracias a las armas comunistas de aquellos días.
¡Ahora, queridos europeos orientales, os toca a vosotros ser americanizados!
Vamos allá. ¡No! ¡Ya estamos aquí! Hemos llegado. ¡Europeos orientales, en este mismo momento ya estamos trabajando con sudor y ahinco para americanizaros! Os estamos ofreciendo nuestra versión americana del cristianismo y de la iglesia.
Universalidad VS expresión local
Esta universalidad es algo que la cristiandad ya ha conocido antes. Los católicos romanos iniciaron esta práctica, y con mano de hierro mantuvieron a toda la cristiandad en una sola iglesia ¡durante mil años! Más tarde, cuando surgieron otras denominaciones, practicaron aquello de “una, unida, sólo una.”
Cada denominación de la cristiandad tiene algún rasgo distintivo en su forma de “hacer iglesia.” Esta “forma” no cambia sea cual sea la nación o cultura en la que se implante ese movimiento. El guión no se improvisa. ¡No se realiza ni un sólo cambio!
Cada iglesia altruista tiene su propio “manual de instrucciones” y usa ese manual de instrucciones en cualquier país o cultura al que accede. No se cambia nada del manual. ¡Ni un sólo acento!
Pero ya hemos dejado atrás el pequeño universo de los caminos denominacionales. Estas prácticas hallan cobijo bajo este limitado círculo de influencia. Nos enfrentamos a una categoría mucho mayor: ¡el tren mental americano como patrón de medida de todo el cristianismo evangélico! La cultura cristiana americana como único formato al que tienen acceso los creyentes nacidos de nuevo... sin importar dónde vivan. Una iglesia americana a escala mundial, y una cristiandad americana a nivel mundial.
Qué oscuro y terrible será ese día, ¿o ha llegado ya?
¿Tú qué piensas?
Y esto nos lleva a la tercera alternativa. Esta es la tercera opción a la que ahora tienen que enfrentarse en Europa del Este. ¡Esta es la opción que los europeos occidentales se perdieron! A los europeos occidentales no les hará daño probar otra vez, ni tampoco a todas las tribus, lenguas y naciones de esta tierra que ahora forman parte de la fe cristiana americanizada. De lo contrario, la universalidad volverá a ganar la partida en este mundo. No necesitamos una iglesia americana universal más de lo que necesitamos una iglesia romana universal. No nos podemos permitir el lujo de vivir una segunda Alta Edad Media religiosa.
En el próximo capítulo voy a hablar con mucha franqueza a los cristianos de Europa del Este. (Los que viváis en otras partes del mundo estáis invitados a escuchar porque esto nos afecta a todos por igual). Llegamos ya a la tercera vía. Es bastante mejor que la primera y, sí, también es mejor que vuestra segunda opción.
Cada denominación de la cristiandad tiene algún rasgo distintivo en su forma de “hacer iglesia.” Esta “forma” no cambia sea cual sea la nación o cultura en la que se implante ese movimiento. El guión no se improvisa. ¡No se realiza ni un sólo cambio!
Cada iglesia altruista tiene su propio “manual de instrucciones” y usa ese manual de instrucciones en cualquier país o cultura al que accede. No se cambia nada del manual. ¡Ni un sólo acento!
Pero ya hemos dejado atrás el pequeño universo de los caminos denominacionales. Estas prácticas hallan cobijo bajo este limitado círculo de influencia. Nos enfrentamos a una categoría mucho mayor: ¡el tren mental americano como patrón de medida de todo el cristianismo evangélico! La cultura cristiana americana como único formato al que tienen acceso los creyentes nacidos de nuevo... sin importar dónde vivan. Una iglesia americana a escala mundial, y una cristiandad americana a nivel mundial.
Qué oscuro y terrible será ese día, ¿o ha llegado ya?
¿Tú qué piensas?
Y esto nos lleva a la tercera alternativa. Esta es la tercera opción a la que ahora tienen que enfrentarse en Europa del Este. ¡Esta es la opción que los europeos occidentales se perdieron! A los europeos occidentales no les hará daño probar otra vez, ni tampoco a todas las tribus, lenguas y naciones de esta tierra que ahora forman parte de la fe cristiana americanizada. De lo contrario, la universalidad volverá a ganar la partida en este mundo. No necesitamos una iglesia americana universal más de lo que necesitamos una iglesia romana universal. No nos podemos permitir el lujo de vivir una segunda Alta Edad Media religiosa.
En el próximo capítulo voy a hablar con mucha franqueza a los cristianos de Europa del Este. (Los que viváis en otras partes del mundo estáis invitados a escuchar porque esto nos afecta a todos por igual). Llegamos ya a la tercera vía. Es bastante mejor que la primera y, sí, también es mejor que vuestra segunda opción.
Para ver el libro en PPS completo ir a "La americanicación del cristianismo"
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Nuestro Blog alternativo: "Despiértate, tú que duermes: Últimos tiempos"
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¡Cuidate!
¡Dios te bendiga, el Señor viene pronto!
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