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domingo, 19 de febrero de 2012

Estado de Israel, Apocalipsis y tercera guerra mundial

Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda forma de mal.
1 Tesalonicenses 5: 21-22

Nota de Apocalipsis, los últimos tiempos

Este texto forma parte de una sección que usted encontrará en una aplicación sobre la columna derecha llamada "Imitando a los de Berea", está compuesta de textos para el debate y la reflexión de la fe. 
Muchas son las cuestiones que se dan por sentadas acerca del Estado de Israel y muchos son los que adhieren sin el menor cuestionamiento a dicho Estado. 
En esta nota exponemos una parte del libro "Contra el Estado de Israel" de Yakov Rabkin, el título original del libro, "En nombre de la Torá. Una historia de la oposición judía al sionismo". 
Creemos que es un libro para tener en cuenta. 

Algunas personas de renombre lo han criticado de esta forma: 
"Un libro extremadamente interesante y valiosos", Noam Chomsky, profesor emérito de lingüística del Instituto de tecnología de Massachusetts (MIT)

"Una extraordinaria pieza de erudición que pone a disposición del lector no especializado una historia largamente ignorada", Gregory Baum, profesor de estudios sobre religión de la Universidad McGill, Montreal. 

"Definir a Israel como Estado judío es explosivo. El fin de la empresa sionista está a la vuelta de la esquina", Avraham Burg, ex presidente de la Organización  Sionista Mundial y ex presidente de la Knesset (Parlamento israelí)

Nota aclaratoria: las negritas del texto son nuestras. 
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Texto: Yakov Rabkin, Contra el Estado de Israel, Buenos Aires, editorial Planeta, abril 2008, pag. 318 - 323.  


"Así, se lee en un artículo sarcástico que compara a Sharon con el César, publicado por el diario israelí Haaretz durante la segunda intifada: 
Hemos empezado a preguntarnos si, en nombre de nuestros objetivos, tú no has tomado la decisión estratégica de desplazar el campo de batalla, no en dirección al enemigo como es habitual sino hacia un terreno donde reina el absurdo más absoluto, el del auto aniquilamiento, donde nosotros no obtendremos nada y ellos menos. Un cero total (...). De una manera o de otra, cuando finalmente nos sean reveladas estas razones, que por el momento están más allá de nuestro entendimiento, nosotros comprenderemos por qué (...) hemos tenido que aceptar vivir nuestra vida, la única que tenemos en una suerte de muerte latente. Hasta entonces, seguiremos sosteniéndote con todo nuestro corazón. Los que vamos a morir, por decenas, por centenares, por millares te saludamos. ¡Ave César! (Grossman)


En una amargo caso de profecía cumplida, Grossman pierde a su hijo en un ataque israelí contra el Líbano en el verano de 2006.
Sin embargo, la posición sionista sigue siendo robusta. En efecto, el carácter sionista del Estado estará ausente de las discusiones sobre la seguridad de la región que se desarrollan, tanto en Israel como en la diáspora desde 1948. La estructura sionista de Estado no será objeto de negociación. "El derecho de Israel a existir" que se repite en círculos sionistas quiere decir el mantenimiento del sistema de desarrollo separado, del estado-nación étnico, y toda proposición de salir de la impasse es considerado como el deseo de "destruir Israel".
Desde luego, los antisionistas no respetan este tabú. Sin atribuir un valor específico al Estado de Israel, los antisionistas judíos proponen estrategias de reconciliación que van del reconocimiento y la corrección de las injusticias cometidas contra los palestinos a la búsqueda de una estabilidad, incluso de una amistad en Tierra Santa. Sin estar unificados o hablar en una sola voz, los adversarios judaicos al sionismo invitan a los judíos a asumir el papel histórico que, según ellos, les atribuye la Torá, y a quebrar el ciclo de violencia que esos pensadores religiosos atribuyen al sionismo. Un documento escrito bajo la forma de preguntas y respuestas pone de manifiesto este problema: 

R: Los fundadores del sionismo (todos judíos que rechazaron su fe ancestral) proclamaban que este iba a resolver el problema del exilio y del sufrimiento de los judíos. Les iba a ofrecer amparo a todos los judíos del mundo. Más de un siglo después, este ha demostrado que era incapaz de llevar a cabo la tarea considerablemente menos grandiosa, que consistía en proteger a los judíos que viven desde ahora en Tierra Santa. 
P: ¿Pero acaso el Estado no ha sobrevivido?
R: Es hacer alarde de humos negro ver en un gobierno que hizo padecer a sus ciudadanos cinco guerras e incesantes sufrimientos, una "supervivencia" deseable. ¿Cuánta sangre deberá ser derramada todavía antes de que los judíos se desembaracen, finalmente, de las cadenas de la dominación sionista en todo el mundo y comiencen a cuestionar pretendidas raíces de esta ideología? (Central, 2002)

El balance es similar al que establece, a fines de 1970, la viuda del rabino Blau en cuanto a los esfuerzos sionistas por construir y mantener el Estado: 

¿Para qué le han servido tantas transgresiones de la Torá a los dirigentes del Estado de Israel? Ellos prometieron a los judíos no religiosos un Estado que se parezca a todos los Estados del mundo. En este pequeño Estado el servicio militar es más largo, las guerras más frecuentes, los impuestos más pesados y la miseria física y moral más grande que en cualquier otro país occidental (...) ¡Qué fue de los judíos que iban a ser salvados por el Estado Israelí, el cual debía, se dijo, poner fin a todas las desgracias de los hijos de Jacob! ¿Qué ocurrirá después de la próxima guerra que amanece no solamente a ese Estado sino al mundo entero? (Blau, R., 279-280)

El tema del peligro apocalíptico que representaría el Estado de Israel para el mundo aparece regularmente en el discurso antisionista: la propagación del terrorismo suicida de Oriente Medio a todos los rincones del planeta no hace sino reforzar esta premonición. Algunos rabinos Jaredis están preocupados por el peligro universal que plantea el Estado de Israel, lo que confirma su convicción de que la creación del Estado, según ellos una rebelión arrogante contra Dios, conducirá a una catástrofe que puede alcanzar proporciones mundiales

Esta visión reflejada desde hace años en la percepción de los europeos ya está afectando a los ciudadanos de los Estados Unidos (Kreinon). El apoyo a Israel habría contribuido a la difusión del terrorismo anti occidental, Israel habría agudizado el odio hacia los Estado Unidos entre lo musulmanes de todo el mundo, y este odio habría sido una motivación importante de los ataques terroristas del 11 de setiembre de 2001 (Mearsheimer y Walt, 65-70). Y un observador judío reformista afirma: "Yo considero el apoyo irreflexivo a Israel como la causa principal de los ataques sin precedentes contra los Estados Unidos" (Heichler, 5-6). 
Los rabinos antisionistas, tanto jaredis como reformistas, temen que cuando la rectitud política que impide criticar al sionismo se disipe un día, los judíos de todo el mundo se enfrentarán al oprobio de los occidentales, una reacción a los obstáculos que el apoyo a Israel ha causado a sus intereses nacionales. Previenen que una vez que la percepción crítica de las actividades militares del Tsahal neutralice la culpabilidad respecto de la Shoá, la cólera de las naciones provocadas por la violencia que mana del Estado de Israel podría desencadenarse sobre todos los judíos. Más que vivir en paz en su país, los judíos sionistas serán entonces acusados de poner por delante los intereses de Israel, por lo general en detrimento de los intereses del país del cual son ciudadanos
Ya varios observadores afirman que Israel, mas bien que ser un aliado estratégico, constituye una desventaja para los intereses estadounidenses. Casos de espionaje israelí en los Estados Unidos y otros países agudizan la percepción de Israel y de sus aliados como un factor mas bien perjudicial ( Mearsheimer y Walt, 50). Al mismo tiempo sigue la erosión de la simpatía occidental hacia Israel. Aún lideres importantes como Codoleezza Rice y Jimmy Carter, comparan la estructura y política de Israel con la segregación racial de los Estado Unidos y el sistema de Apartheid en Sudáfrica (Carter). Mientras que muchas organizaciones judías condenaron a Carter, algunos jaredim expresaron su apreciación del antiguo presidente de los Estados Unidos. 
Entre los adversarios rabínicos al sionismo se escuchan advertencias en cuanto a la segunda guerra contra Irak que algunos asocian a una iniciativa de los estrategas israelíes y de sus aliados sionistas de Washington. Con la intervención derivando en una debacle, se podría acusar a los judíos de haber involucrado -para beneficio aparente del Estado de Israel- a las tropas estadounidenses en una aventura extraña, incluso hostil a los intereses de los Estados Unidos. A pesar de esas sospechas, Agudat Israel  de los Estados Unidos apoyó la guerra en marzo como "una guerra global contra el mal y el terror", un lenguaje fácil de reconocer en la Casa Blanca de George W. Bush (Agudat). Varios organismos antisionistas denunciaron esta posición mientras que el movimiento reformista había condenado la intervención en Irak. 


Algunas voces provenientes de los círculos antisionistas jaredis tienen una consonancia apocalíptica, incluso se acercan, en apariencia, al discurso antisemita clásico. No solamente vinculan los ataques suicidas en Nueva York y Washington en 2001 a la crisis en Israel/Palestina, sino que ven en esos ataques el inicio del castigo divino por las transgresiones del Estado de Israel, Según el rabino Weberman, uno de los más sólidos adversarios al sionismo, el Estado de Israel constituiría una violación del orden global y cualquier intento de hacer fracasar a Dios solo podría conducir a un desastre, también global (Weberman). Se observa que el arsenal israelí de más de doscientas armas nucleares existe para asegurar que frente a una amenaza insuperable Israel "no caerá solo". El sionismo proclama que en caso de necesidad él podría oponerse a la voluntad del mundo entero, "siendo no solamente poderoso sino también omnipotente" (Rose, 118). 
Desde este punto de vista, el sionismo aparece como un mal universal que trasciende los confines de la historia judía. En ese sentido, las expresiones antisionistas expresadas algunas décadas atrás en Mea Shearím adquieren dimensiones proféticas: "La independencia proclamada por los sionistas es la gota que derrama el vaso y destruye la paz en Oriente Medio y en el mundo entero" (Mea). El carácter universal que los rabinos antisionistas atribuyen al castigo por el pecado del sionismo se corresponde a la visión universalista que ellos tienen del judaísmo como un proyecto de dimensión global. El peligro que representarían el sionismo y el Estado de Israel para el bienestar de los judíos de la diáspora es un tema que empieza a traspasar los muros de las aulas universitarias y de las sinagogas de los jaredim (Hart, Shlaim)."
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Plan de salvación (Texto)
Plan de salvación (Vídeo)
Oración de fe
¡Cuidate!
¡Dios te bendiga, el Señor viene pronto!

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