La Biblia contiene un sin número de referencias en cuanto a los acontecimientos finales de la historia de este mundo. Las profecías divinas se están cumpliendo a nuestro alrededor con asombrosa precisión. Es cierto que nadie sabe el día ni la hora de la venida de Cristo, pero el Señor si ha mostrado lo que acontecerá antes de su venida. “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.” (Amós 3:7)
“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.” (Isaías 46:9-10)
Dios nos ha demostrado, una y otra vez, que todas las profecías que fueron escritas mucho antes de que ocurrieran los eventos predichos, ocurrieron tal y como fue anunciado por El. Esto lo sabemos hoy, porque mirando hacia atrás en la historia, podemos comprobar el cumplimiento de éstas. Sabiendo entonces que estas antiguas profecías se cumplieron con exacitud, podemos confiar en Dios con respecto a las profecías cuyo cumplimiento todavía se remiten al futuro. Y no hay mayor profecía que la segunda venida de Jesús. Tenemos esta promesa de parte de Jesús: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:3)
La Biblia no solo revela la forma y las características del regreso de Jesucristo, sino que también describe las señales de su venida. Anteriormente habíamos hecho mención de una de ellas: el aumento de la maldad. La violencia está sacudiendo nuestro mundo y han desaparecido los lugares donde alguna vez nos sentíamos seguros. La criminalidad ha aumentado y los violadores de la ley actúan de manera cada vez más atrevida. Estamos viviendo tiempos muy peligrosos.
Pero no sólo la humanidad está sufriendo, sino que la naturaleza “gime” juntamente con ella también. “Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.” (Romanos 8:20-23) Pareciera que toda la naturaleza está descontrolada. Hoy en día las catástrofes ocupan también los titulares de las noticias. Veamos algunos ejemplos.
A fines del año 2004 un devastador tsunami destruyó cientos de ciudades y causó la muerte a miles de personas en la India, Sri Lanka e Indonesia. Los huracanes Katrina y Wilma en el 2005 arrasaron grandes zonas costeras del Golfo de México, incluidas las ciudades de New Orleans y Cancún. Las lluvias torrenciales y otras manifestaciones atmosféricas indican que algo fuera de lo común está sucediendo. Se dice que fuertes tormentas devastarán con mayor frecuencia las regiones más pobladas de la tierra. Además se ha visto un aumento drástico en la cantidad de terremotos ocurridos en el transcurso del presente siglo, los cuales han causado grandes pérdidas humanas. Entre ellos podemos mencionar el terremoto en Pakistán en el 2005 dejando más de 80,000 víctimas.
Tan reciente como en febrero vimos como Australia experimentó uno de los peores incendios en dicho país. Se dice que fueron tan masivos que fueron vistos desde el espacio. (www.abc.es/20090210/nacional-sociedad/incendios-australia-desde-espacio-200902102318.html)
En Inglaterra vimos como una intensa nevada practicamente paralizó al país.
(www.noticias24.com/actualidad/noticia/23890/inglaterra-es-azotada-por-la-peor-nevada-de-los-ultimos-18-anos-video/)
En Sudamérica se reportó unas de las peores sequías en décadas, provocando millonarias pérdidas y causando incendios que destruyeron miles de hectáreas. (www.abc.com.py/2009-02-02/articulos/492419/peor-sequia-en-decadas-genera-perdidas-millonarias-e-incendios-en-sudamerica)
Como resultado de estos desastres naturales tenemos también las pestes que se esparcen entre la población. La sociedad ha sufrido la pérdida de millones de personas que sucumben ante enfermedades y epidemias, muchas de las cuales no se conocían tiempos atrás. “…y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” (Mateo 24:7-8)
Actualmente todo tipo de plagas está afectando animales y cosechas lo que hace necesario el uso cada vez mayor de plaguicidas y químicos. En adición las industrias lanzan toneladas de contaminantes tóxicos a la atmósfera los cuales producen muertes prematuras a consecuencia de la gran contaminación.
Estos desastres atmosféricos también limitan la producción de alimentos.
Decenas de países están enfrentando situaciones desfavorables en sus cosechas y experimentan escasez de alimentos. (www.agroambiente.info/2009/03/11/lluvia-arraso-con-cosechas-de-frijol-en-la-zona-norte/)
Los expertos indican que el hambre crónica ya forma parte de la vida diaria de millones de personas en el mundo y miles mueren cada día.
Y si aún duda, veamos la novedad del siglo XXI: “El Calentamiento Global” Miles de científicos están sumamente preocupados por las consecuencias de este nuevo mal que nos aqueja. Y no es para menos.
(http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7934000/7934552.stm)
Pero ya Dios no los había advertido. Todos estos sucesos son señales del retorno de nuestro Señor Jesucristo. La lista de desastres naturales continúa recordándonos las palabras de Jesús en Lucas 21:25-26: “Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.”
Por este medio queremos llamar tu atención a todos estos acontecimientos que son una prueba contundente de que nuestro Dios es veraz. Y que lo que él ha prometido lo cumplirá.
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:9)
El Señor es un Dios misericordioso quien pacientemente espera a que todos vengan a él, y escapen de la ira venidera. El te ama tanto que ha procurado de mil formas captar tu atención, dándote la oportunidad a que reconozcas tu necesidad de salvación.
La iglesia necesita reconocer también que el tiempo de su redención se acerca y Dios espera de cada uno de sus hijos una vida de consagración. Quiere Dios que en su segunda venida Jesús te encuentre velando.
¡Dios te bendiga y te guarde!
“Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Hebreos 10:37)
¿Estás tú preparado?
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